La jubilación

Es increíble lo complicada que es la vida; durante muchos años nos machacamos a trabajar y sólo deseamos tener tiempo libre y, de repente, llega un día en que te jubilas y ese tiempo libre tan deseado se convierte en tu enemigo.

Aunque trabajar sea duro, hay que reconocer que es muy positivo en muchos aspectos. Por una parte nos estructura el día y nos marca unos horarios y rutinas muy necesarios. También nos aporta relaciones sociales, nos mantiene activos y por supuesto, nos aporta dinero.

Cuando estamos en activo solemos fantasear con la idea de que cuando nos jubilemos daremos rienda suelta a nuestros hobbies y a nuestra creatividad, haremos deporte y viajaremos alrededor del mundo. Con lo que no contamos, es con lo largos que son los días, con que el dinero es limitado ( y se gasta más cuanto más tiempo libre se tiene) y con que a esa edad no tendremos la misma energía que a los 30 o 40 años.

En el momento de la jubilación uno se encuentra con que desde que se levanta hasta que se acuesta tiene todo el día libre. Eso implica el tener que hacer una completa reestructuración del ocio. Muchas veces los amigos de siempre siguen en activo o tienen obligaciones como cuidar nietos. Además en la mayor parte de casos la capacidad económica se ve mermada significativamente por lo que los soñados viajes alrededor del mundo se ven limitados a unas vacaciones anuales ( en la mayor parte de los casos). Pero lo más duro de la jubilación es el hecho de ver que tus años productivos han llegado a su fin. Al poco de jubilarte, aunque hayas sido el mayor directivo del mundo pasas a ser “un abuelo mas “. Tienes que aceptar que pierdes tus contactos, te dejan de pedir consejo y de tener en consideración para muchas cosas. Llega el momento de afrontar que los retos profesionales han acabado. Mi padre al poco de jubilarse me decía que yo tenía suerte porque si tenía problemas económicos podía trabajar más o buscarme la vida pero que él una vez jubilado no tenía opciones de crecer profesionalmente ni de aumentar sus ingresos. Ese miedo es muy común; de hecho, de suele decir que la gente con la edad se vuelve tacaña y eso en general se debe a saber que tienen un dinero limitado y no van a mejorar su situación. Con estas circunstancias hay que adaptarse y entender que no es mejor ni peor, es simplemente distinto a todo lo anterior .

Mis consejos para los recién jubilados:


  • Haz un cálculo realista del dinero del que dispones al mes teniendo en cuenta lo que tienes que reservar para tu vejez y para posibles imprevistos. Una vez hecho este cálculo no te agobies por gastar lo que has calculado que puedes permitirte. 
  • Aprovecha el tener libre todo el año; tener disponibilidad total es una gran ventaja de cara a organizar viajes a sitios interesantes y bien de precio.
  • No tengas miedo a probar cosas nuevas como ciertos deportes o viajes exóticos. Estando bien de salud nunca es tarde y te aportará muchas cosas.
  • Intenta aumentar tu círculo social; si tus amigos no están jubilados todavía o no tienen disponibilidad llama a amigos con los que hayas perdido el contacto o intenta conocer gente nueva.
  • Haz planes en pareja pero deja también tiempo para hacer algo de manera individual. Ten en cuenta que mientras habéis estado trabajando habéis tenido un espacio individual del que vuestra pareja no formaba parte. Si nunca hacéis nada separados acabaréis no teniendo de qué hablar y la relación se resentirá
  • Apúntate a todos los planes que surjan
  • Es recomendable apuntarse a una actividad deportiva y a una intelectual ( por ejemplo aprender idiomas puede ser muy positivo para viajar)
  • Aunque ahora tengas tiempo para cuidar a tus nietos pon límites ( hablaré de esto en otro post) 
  • No tengas miedo de afrontar retos difíciles; yo tengo pacientes jubilados haciendo carreras o incluso el doctorado y están tan capacitados como cualquiera
  • Piensa en lo que has luchado para tener tu vida resuelta y aprovéchalo. Nunca serás más joven que ahora 
Por último terminar diciendo que todas las etapas de la vida tienen sus partes buenas aunque a veces cueste encontrarlo y que los cambios cuestan pero son necesarios para evolucionar. También decir que la edad que tenemos no siempre es compatible con cómo nos sentimos y que no debemos dejar de hacer nada por miedo al qué dirán o a ser demasiado mayores.

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