Los niños ante la muerte
Durante la infancia se aprenden muchas cosas aunque no todas tienen la misma dificultad. Los
padres tienden a pensar que cosas como adquirir el lenguaje o lograr controlar esfinteres son
muy complicadas; y obviamente lo son. Sin embargo, no son conceptos abstractos que cambien
la vida de la persona cuando lo descubre.
El primer concepto abstracto que adquiere el ser humano es el concepto del yo. Este concepto es muy complicado y es el que nos hace entender que somos seres únicos y no una prolongación del medio. Creo que de los mejores recuerdos que tengo de mis hijos es su cara frente al espejo cuando se dieron cuenta de que ellos eran el reflejo. Luego llega la época de reafirmarse como seres individuales, más comúnmente conocida como “la época del no”. Creo que cualquier padre sabrá a qué me refiero; los niños pasan un año aproximadamente diciendo que no por sistema a todo lo que se les dice, ofrece o propone. A pesar de la complejidad del concepto del yo, a los padres tampoco les da muchos quebraderos de cabeza ya que es algo que se adquiere de forma innata.
Hoy me gustaría hablar del concepto de la muerte. Generalmente a los niños muy pequeños no se les suele morir nadie ya que las personas que les rodean suelen ser jóvenes. Sin embargo, a veces pasa y hay que ayudarlos a entender esto. Me gustaría diferenciar dos tipos de acontecimientos; es distinto que muera alguien a quien el niño conoce pero al que no tiene apego a que muera una persona a la que quieren. En el primer caso, no veremos al niño triste, sin embargo veremos que trata de entender lo que está pasando y muchas veces lo consigue. En estos casos no debemos ocultárselo ni mantenerlos al margen, la muerte forma parte de la vida y no debe ser un tabú dentro de la familia. A mi me sorprendió mucho cuando expliqué a mi hija de 3 años que había muerto su bisabuela lo atenta que me escuchó . Cuando acabe la explicación me dijo: “ mamá, no te pongas triste porque la abuela es mayor y ya no necesita a su mamá “. Creo que lo entendió bastante bien y durante los meses siguientes me hizo muchas preguntas; por ejemplo al leer cuentos en los que los niños eran huérfanos me preguntaba si su mamá estaba muerta.
Lo más difícil es explicar a los niños la pérdida de un ser querido, sobretodo si se trata de una persona joven. Teniendo yo 12 años murió mi prima menor y recuerdo preguntarme una y otra vez cómo era posible algo así habiendo tanta gente anciana que ya había disfrutado su vida. Para un niño la muerte de un ser querido no sólo supone una pérdida, supone también entender que la muerte o la enfermedad muchas veces no sigue ningún patrón, no es justa y puede tocarnos a cualquiera. Los niños pequeños saben que dependen de los adultos y el ver una muerte cercana les produce sensación de miedo e indefensión.
El primer concepto abstracto que adquiere el ser humano es el concepto del yo. Este concepto es muy complicado y es el que nos hace entender que somos seres únicos y no una prolongación del medio. Creo que de los mejores recuerdos que tengo de mis hijos es su cara frente al espejo cuando se dieron cuenta de que ellos eran el reflejo. Luego llega la época de reafirmarse como seres individuales, más comúnmente conocida como “la época del no”. Creo que cualquier padre sabrá a qué me refiero; los niños pasan un año aproximadamente diciendo que no por sistema a todo lo que se les dice, ofrece o propone. A pesar de la complejidad del concepto del yo, a los padres tampoco les da muchos quebraderos de cabeza ya que es algo que se adquiere de forma innata.
Hoy me gustaría hablar del concepto de la muerte. Generalmente a los niños muy pequeños no se les suele morir nadie ya que las personas que les rodean suelen ser jóvenes. Sin embargo, a veces pasa y hay que ayudarlos a entender esto. Me gustaría diferenciar dos tipos de acontecimientos; es distinto que muera alguien a quien el niño conoce pero al que no tiene apego a que muera una persona a la que quieren. En el primer caso, no veremos al niño triste, sin embargo veremos que trata de entender lo que está pasando y muchas veces lo consigue. En estos casos no debemos ocultárselo ni mantenerlos al margen, la muerte forma parte de la vida y no debe ser un tabú dentro de la familia. A mi me sorprendió mucho cuando expliqué a mi hija de 3 años que había muerto su bisabuela lo atenta que me escuchó . Cuando acabe la explicación me dijo: “ mamá, no te pongas triste porque la abuela es mayor y ya no necesita a su mamá “. Creo que lo entendió bastante bien y durante los meses siguientes me hizo muchas preguntas; por ejemplo al leer cuentos en los que los niños eran huérfanos me preguntaba si su mamá estaba muerta.
Lo más difícil es explicar a los niños la pérdida de un ser querido, sobretodo si se trata de una persona joven. Teniendo yo 12 años murió mi prima menor y recuerdo preguntarme una y otra vez cómo era posible algo así habiendo tanta gente anciana que ya había disfrutado su vida. Para un niño la muerte de un ser querido no sólo supone una pérdida, supone también entender que la muerte o la enfermedad muchas veces no sigue ningún patrón, no es justa y puede tocarnos a cualquiera. Los niños pequeños saben que dependen de los adultos y el ver una muerte cercana les produce sensación de miedo e indefensión.
- Las pautas que debemos seguir si muere un ser querido es:
- Decir la verdad sin edulcorarla; la persona ha muerto y no la volverá a ver
- Explicar que aunque no vayamos a tener más a esa persona siempre nos acompañará su recuerdo y que de alguna forma estará dentro de nosotros
- Intentar que recuerde a esa persona y que no olvide lo que le aportó
- Si nosotros estamos tristes explicarles que hemos perdido a alguien querido y que le echamos de menos. Aunque también hay que transmitirles que nos recuperaremos del dolor en un tiempo.
- Calmar su miedo a quedarse solos en el mundo; decirles que tienen a muchas personas que les quieren y que pase lo que pase siempre habrá alguien que le vaya a cuidar y querer
- Como es lógico lo relativo a qué sucede después de la muerte dependerá de las creencias de cada familia, aunque si el niño tiene más de 4-5 años es recomendable explicarle que hay personas que piensan distinto de lo que piensan sus padres
- Respecto a si se debe ir a entierros o tanatorios, en mi opinión no es recomendable si el niño es menor de 10-11 años; no por el niño, si no porque en este tipo de actos por desgracia suele haber mucha gente y es imposible controlar que nadie diga a tu hijo algo que para ti sea inapropiado
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